viernes, 27 de julio de 2012

C. Rogers: la visión humanista en su cara más extrema


Del libro El proceso de convertirse en persona de Carl R. Rogers, expongo el controvertido capítulo número 13, donde Rogers explica de manera sincera, directa y criticable su concepción sobre la enseñanza y el aprendizaje. Leed y valorad ¿utopía?, ¿extremismo?, ¿realismo?, ¿aplicable?, ¿utilidad?,… 60 años después de estas declaraciones, el modelo educativo y de aprendizaje, al menos en nuestro país, sigue siendo muy dudoso y quizá concepciones del estilo de Rogers podrían al menos hacernos entrar en debate y cuestionarnos qué funciona y qué no.
(*)“…me había comprometido a participar en una asamblea organizada por la Universidad de Harvard sobre el tema “La influencia sobre la conducta humana; su enfoque en el aula”. Los organizadores me solicitaron que preparase una demostración de “enseñanza centrada en el alumno”, es decir, enseñanza basada en los principios terapéuticos aplicados a la educación.”
“ …comencé a escribir con la mayor honestidad de que era capaz acerca de mis experiencias en la enseñanza y el aprendizaje. Me alejé mucho de los psicólogos, educadores y colegas cautelosos; simplemente expresé lo que sentía con la seguridad de que si estaba equivocado, la discusión me ayudaría a corregirme.”
“… y en cuanto terminé mi exposición declaré abierta la discusión. Esperaba una respuesta, pero no precisamente el tumulto que se desató, ya que se manifestaron sentimientos muy intensos: muchos sintieron que yo representaba una amenaza para su trabajo, que en realidad me había expresado mal y que yo mismo no debía creer en algunas de las cosas que dije, pero se oyó también una que otra tímida voz de aprobación por parte de alguien que había sentido las mismas cosas que yo, pero nunca se había animado a expresarlas.”
“…rehusé defenderme replicando a las preguntas y ataques provenientes de todos los ángulos; en cambio, me esforcé por aceptar y empatizar con la indignación, frustración y críticas que surgían de los participantes; señalé que sólo había expresado algunos puntos de vista muy personales y que no había solicitado ni esperado que los demás estuvieran de acuerdo.”
“… escuché uno de los comentarios más significativos de uno de los miembros de la asamblea: Por usted, mucha gente no durmió anoche.”



“…en los próximos minutos trataré de resumir el significado que ha tenido para mí mi experiencia en el aula y en la terapia individual y grupal. Mis palabras no pretenden ser conclusiones para otros, ni deseo proponerlas como guía. Son sólo los significados provisionales de mi experiencia hasta abril de 1952 y algunas de las difíciles cuestiones que plantea su carácter absurdo. Presentaré cada idea o significado en un párrafo individual, no porque requieran un orden lógico particular, sino porque cada una tiene para mí su propia importancia.
a) Mi experiencia me dice que no puedo enseñar a otra persona cómo enseñar. En última instancia, intentar algo así resulta inútil.
b) Pienso que cualquier cosa que pueda enseñarse a otra persona es relativamente intrascendente y ejerce poca o ninguna influencia sobre la conducta. Esto suena tan absurdo que no puedo evitar cuestionarlo en el mismo momento en que lo enuncio.
c) Cada vez estoy más convencido de que sólo me interesa el aprendizaje capaz de influir significativamente sobre la conducta. Tal vez esto no sea más que un punto de vista personal.
d) He llegado a sentir que el único aprendizaje que puede influir significativamente sobre la conducta es el que el individuo descubre e incorpora por sí mismo.
e) El aprendizaje basado en el propio descubrimiento, la verdad incorporada y asimilada personalmente en la experiencia, no puede comunicarse de manera directa a otro. En cuanto el individuo, a menudo con entusiasmo muy natural, trata de transmitir esa experiencia de modo inmediato, la transforma en enseñanza y sus resultados pierden trascendencia.
f) Como consecuencia de lo anterior, advierto que he perdido el interés en ser un educador.
g) Cuando trato de enseñar, los resultados a veces me espantan, ya que además de ser incoherentes, en ocasiones la enseñanza parece tener éxito. Cuando esto sucede veo que las consecuencias son perjudiciales: el individuo desconfía de su propia experiencia y esto impide el aprendizaje significativo. Por consiguiente, he llegado a sentir que los resultados de la enseñanza son intrascendentes o bien dañinos.
h) Cuando reviso los resultados de mis experiencias pasadas en el terreno de la enseñanza, todos me parecen iguales, hubo un perjuicio o bien no ocurrió nada significativo, lo cual es francamente perturbador.
i) Por consiguiente, pienso que sólo me interesa aprender, incorporar preferiblemente cosas importantes que ejerzan una influencia trascendente sobre mi propia conducta.
j) Me enriquece aprender, ya sea en grupos, en relaciones con otra persona –como en la terapia- o por mi propia cuenta.
k) Pienso que una de mis mejores maneras de aprender – pero también una de las más difíciles- consiste en abandonar mis propias actitudes de defesa, al menos temporalmente,  y tratar de comprender lo que la experiencia de la otra persona significa para ella.
l) Otra de mis maneras de aprender consiste en plantear mis propias incertidumbres, tratar de esclarecer mis dudas y acercarme así al significado real de mi experiencia.
m) Todo este conjunto de experiencias y los significados que hasta ahora he descubierto en él parecen haberme lanzado a un proceso fascinante, que a veces me inspira temor. Consiste en dejarme llevar por mi experiencia, en un sentido que parece ser progresivo, hacia objetivos que apenas puedo discernir, mientras trato de comprender al menos el sentido básico de esa experiencia. Tengo una sensación de flotar en la compleja corriente de la experiencia con la posibilidad fascinante de comprender su complejidad siempre en transformación.
“…al comprender sus implicaciones, tiemblo al advertir cuánto me he alejado del mundo del sentido común, que todos consideran correcto. La mejor manera de ilustrar esto es decir que si las experiencias de otros hubieran coincidido con las mías, y si los demás hubieran descubierto en ellos los mismos significados que yo, se podrían deducir muchas consecuencias:
    1-  Esta experiencia implicaría nuestro abandono de la enseñanza. Aquellos que desean aprender se acercarían unos a otros para hacerlo.
     2-    Dejaríamos de lado los exámenes, ya que sólo evalúan el aprendizaje de tipo intrascendente.
     3-   Por la misma razón, dejaríamos de calificar con notas.
    4-  También abandonaríamos los títulos para evaluar la eficiencia de las personas, puesto que un título señala un fin o la conclusión de algo, mientras que el que aprende sólo se interesa en el proceso continuo de aprender.
      Abandonaríamos el enunciado de conclusiones, ya que éstas, no son capaces de proporcionar enseñanzas significativas.
“…lo que más deseo saber es si hay algo en mi pensamiento interior, tal como he intentado describirlo, que evoque la experiencia que otros han vivido en el aula, y en tal caso, cuáles son los significados que para esas personas existen en su experiencia.”
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(*) Texto Original extraído del libro de Carl R.Rogers "El Proceso de Convertirse en Persona" editado en Noviembre 2011 por la Editorial Paidós.
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