Del libro El proceso de convertirse en persona
de Carl R. Rogers, expongo el controvertido capítulo número 13, donde Rogers
explica de manera sincera, directa y criticable su concepción sobre la enseñanza
y el aprendizaje. Leed y valorad ¿utopía?, ¿extremismo?, ¿realismo?,
¿aplicable?, ¿utilidad?,… 60 años después de estas declaraciones, el modelo
educativo y de aprendizaje, al menos en nuestro país, sigue siendo muy dudoso y
quizá concepciones del estilo de Rogers podrían al menos hacernos entrar en debate
y cuestionarnos qué funciona y qué no.
(*)“…me había
comprometido a participar en una asamblea organizada por la Universidad de Harvard
sobre el tema “La influencia sobre la
conducta humana; su enfoque en el aula”. Los organizadores me solicitaron
que preparase una demostración de “enseñanza centrada en el alumno”, es decir,
enseñanza basada en los principios terapéuticos aplicados a la educación.”
“ …comencé a
escribir con la mayor honestidad de que era capaz acerca de mis experiencias en
la enseñanza y el aprendizaje. Me alejé mucho de los psicólogos, educadores y
colegas cautelosos; simplemente expresé lo que sentía con la seguridad de que
si estaba equivocado, la discusión me ayudaría a corregirme.”
“… y en cuanto
terminé mi exposición declaré abierta la discusión. Esperaba una respuesta,
pero no precisamente el tumulto que se desató, ya que se manifestaron
sentimientos muy intensos: muchos sintieron que yo representaba una amenaza
para su trabajo, que en realidad me había expresado mal y que yo mismo no debía
creer en algunas de las cosas que dije, pero se oyó también una que otra tímida
voz de aprobación por parte de alguien que había sentido las mismas cosas que
yo, pero nunca se había animado a expresarlas.”
“…rehusé
defenderme replicando a las preguntas y ataques provenientes de todos los ángulos;
en cambio, me esforcé por aceptar y empatizar con la indignación, frustración y
críticas que surgían de los participantes; señalé que sólo había expresado
algunos puntos de vista muy personales y que no había solicitado ni esperado
que los demás estuvieran de acuerdo.”
“… escuché uno de
los comentarios más significativos de uno de los miembros de la asamblea: Por
usted, mucha gente no durmió anoche.”
“…en los próximos
minutos trataré de resumir el significado que ha tenido para mí mi experiencia
en el aula y en la terapia individual y grupal. Mis palabras no pretenden ser
conclusiones para otros, ni deseo proponerlas como guía. Son sólo los
significados provisionales de mi experiencia hasta abril de 1952 y algunas de
las difíciles cuestiones que plantea su carácter absurdo. Presentaré cada idea
o significado en un párrafo individual, no porque requieran un orden lógico
particular, sino porque cada una tiene para mí su propia importancia.
a) Mi experiencia me dice que no puedo enseñar
a otra persona cómo enseñar. En última instancia, intentar algo así resulta
inútil.
b) Pienso que cualquier cosa que pueda
enseñarse a otra persona es relativamente intrascendente y ejerce poca o
ninguna influencia sobre la conducta. Esto suena tan
absurdo que no puedo evitar cuestionarlo en el mismo momento en que lo enuncio.
c) Cada vez estoy más convencido de que sólo
me interesa el aprendizaje capaz de influir significativamente sobre la conducta.
Tal vez esto no sea más que un punto de vista
personal.
d) He llegado a sentir que el único
aprendizaje que puede influir significativamente sobre la conducta es el que el
individuo descubre e incorpora por sí mismo.
e) El aprendizaje basado en el propio descubrimiento,
la verdad incorporada y asimilada personalmente en la experiencia, no puede
comunicarse de manera directa a otro. En cuanto el individuo,
a menudo con entusiasmo muy natural, trata de transmitir esa experiencia de
modo inmediato, la transforma en enseñanza y sus resultados pierden trascendencia.
f) Como consecuencia de lo anterior, advierto
que he perdido el interés en ser un educador.
g) Cuando trato de enseñar, los resultados a
veces me espantan, ya que además de ser incoherentes, en ocasiones la enseñanza
parece tener éxito. Cuando esto sucede veo que las
consecuencias son perjudiciales: el individuo desconfía de su propia experiencia
y esto impide el aprendizaje significativo. Por consiguiente, he llegado a
sentir que los resultados de la enseñanza son intrascendentes o bien dañinos.
h) Cuando reviso los resultados de mis
experiencias pasadas en el terreno de la enseñanza, todos me parecen iguales,
hubo un perjuicio o bien no ocurrió nada significativo, lo cual es francamente
perturbador.
i) Por consiguiente, pienso que sólo me
interesa aprender, incorporar preferiblemente cosas importantes que ejerzan una
influencia trascendente sobre mi propia conducta.
j) Me enriquece aprender, ya sea en grupos,
en relaciones con otra persona –como en la terapia- o por mi propia cuenta.
k) Pienso que una de mis mejores maneras de
aprender – pero también una de las más difíciles- consiste en abandonar mis
propias actitudes de defesa, al menos temporalmente, y tratar de comprender lo que la experiencia
de la otra persona significa para ella.
l) Otra de mis maneras de aprender consiste
en plantear mis propias incertidumbres, tratar de esclarecer mis dudas y
acercarme así al significado real de mi experiencia.
m) Todo este conjunto de experiencias y los significados
que hasta ahora he descubierto en él parecen haberme lanzado a un proceso
fascinante, que a veces me inspira temor. Consiste en dejarme llevar por mi
experiencia, en un sentido que parece ser progresivo, hacia objetivos que
apenas puedo discernir, mientras trato de comprender al menos el sentido básico
de esa experiencia. Tengo una sensación de flotar en la compleja corriente de
la experiencia con la posibilidad fascinante de comprender su complejidad
siempre en transformación.
“…al comprender
sus implicaciones, tiemblo al advertir cuánto me he alejado del mundo del
sentido común, que todos consideran correcto. La mejor manera de ilustrar esto
es decir que si las experiencias de otros hubieran coincidido con las mías, y
si los demás hubieran descubierto en ellos los mismos significados que yo, se
podrían deducir muchas consecuencias:
1- Esta experiencia implicaría nuestro abandono de la enseñanza. Aquellos
que desean aprender se acercarían unos a otros para hacerlo.
2- Dejaríamos de lado los exámenes, ya que sólo evalúan el aprendizaje de
tipo intrascendente.
3- Por la misma razón, dejaríamos de calificar con notas.
4- También abandonaríamos los títulos para evaluar la eficiencia de las personas,
puesto que un título señala un fin o la conclusión de algo, mientras que el que
aprende sólo se interesa en el proceso continuo de aprender.
Abandonaríamos el enunciado de conclusiones, ya que éstas, no son
capaces de proporcionar enseñanzas significativas.
“…lo que más deseo
saber es si hay algo en mi pensamiento interior, tal como he intentado describirlo,
que evoque la experiencia que otros han vivido en el aula, y en tal caso,
cuáles son los significados que para esas personas existen en su experiencia.”
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(*) Texto Original extraído del libro de Carl R.Rogers "El Proceso de Convertirse en Persona" editado en Noviembre 2011 por la Editorial Paidós.
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(*) Texto Original extraído del libro de Carl R.Rogers "El Proceso de Convertirse en Persona" editado en Noviembre 2011 por la Editorial Paidós.
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